Considerados también como los artistas anónimos de la época prehispánica, se conoce con el nombre de Tlacuilos a las personas responsables de la elaboración de los códices en las culturas antiguas de México, para dejar testimonio de las formas de vida de las diversas civilizaciones indígenas, así como la elaboración de lo que se conoce como la cartografía hispanoindígena, esto se refiere a la realización de los mapas de la Nueva España.
Se sabe que antes de la llegada de los españoles a nuestro país, los Tlacuilos eran considerados como sabios, pues además de realizar dibujos a mano, escribían los códices con información o ideas como las matemáticas mayas, su medicina tradicional o métodos de curación ancestral, algunos ritos fúnebres y las diferentes formas de culto que se le rendía a sus dioses, sumando todo su saber histórico de las antiguas civilizaciones indígenas de México, convirtiéndose en los historiadores oficiales, además de ser los constructores o formadores de la historIa de los pueblos.
Durante la conquista, estos sabios fueron perseguidos por ser considerados herejes, pues las enseñanzas que ellos plasmaban en sus códices eran vistas como paganas. En algunas ocasiones se perdonaba la vida de estos sabios, sólo si utilizaban sus habilidades para servir a los fines de la corona. Unas de las nuevas funciones que adquirieron los Tlacuilos durante la época novohispana, fue la realización de los anales de la vida del virreinato, las genealogías de la nobleza y algunas representaciones pictóricas de monjes, pueblos y demás lugares del país. Estas funciones eran en realidad las mismas que realizaban antes de la invasión española, pero adaptadas a los nuevos pobladores de México.
Se sabe que históricamente, los Tlacuilos hacían sus códices en distintos soportes de origen animal o vegetal, como el papel amate, que en la actualidad se considera un producto artesanal, además de usar pieles de animales como el venado e incluso papel de maguey. Los principales tintes que utilizaban para estos escritos y dibujos y textos eran el color negro y el rojo, obtenidos de la grana cochinilla. En la actualidad son pocos los códices que se encuentran en buen estado, el paso del tiempo ha hecho que poco a poco se pierdan los registros de los miles de años de historia que nuestros antepasados plasmaron para las futuras generaciones.
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